Malo es no tener información necesaria a nuestra disposición, pero malo también es estar expuestos a grandes cantidades de información, mucha información nueva generándose, información acumulada, desfasada e incluso contradictoria; esto es algo común en la Internet, es algo a lo que nos enfrentamos continuamente sin darnos cuenta muchas veces.
A todo ese exceso de información se le conoce como “sobrecarga informativa”, “infoxicación” o “infobesidad” (me ha causado mucha gracia ese término). En el año de 1970 el escritor y futurista Alvin Toffler definió la expresión “sobrecarga informativa” en su libro "Future Shock" como el estado de contar con demasiada información para tomar una decisión o permanecer informado sobre un determinado tema. El término “infoxicación” fue introducido por primera vez en 1996 por el fundador y presidente de Infonomia Alfons Cornella que lo define de la siguiente manera:
Es estar siempre "on", recibir centenares de informaciones cada día, a las que no puedes dedicar tiempo, es no poder profundizar en nada, y saltar de una cosa a la otra, es el "working interruptus" (trabajo interrumpido), es el resultado de un mundo en donde se prima la exhaustividad ("todo sobre") frente a la relevancia ("lo más importante").
Es por todo eso que podemos afirmar que la infoxicación se ha convertido en la enfermedad de la sociedad digital de principios del siglo XXI.
¿Estamos fritos?
Podrías pensar que esa “enfermedad” no tiene consecuencias graves en nosotros o en la sociedad, muchas personas creen que el tener más cantidad de información significa estar más informados, pero la realidad es que lo que te permite estar más informado es la calidad de la información, no su cantidad. El estar pendientes de muchas fuentes de información terminará por confundirnos en lugar de informarnos, sólo imagina transitar por una sociedad cada vez más confundida y desinformada ¿lindo no?.
Demasiado flujo de información limita nuestra capacidad de comprender, simplemente nos saturamos, para procesar con rapidez toda esa información paradójicamente necesitamos tener mucho conocimiento previo sobre ella y así saber fácilmente lo que es cierto, lo que probablemente es cierto y lo que a todas luces es falso.
La infoxicación trae costos en lo personal y en lo profesional, puesto que reduce nuestra productividad al pasar mucho de nuestro tiempo para buscar y leer los títulos de los avisos en tu buzón de correo electrónico, boletines, revistas, bases de datos, blogs, redes sociales, etc. Y esto acarrea otro costo llamado “coste de oportunidad” que no es otra cosa que todo aquello que estoy dejando de hacer por gastar tanto tiempo y esfuerzo en procesar tanta información irrelevante, además de estar perdiendo información de calidad que mis competidores si pueden estar obteniendo.
Saber si estamos Infoxicados.
Algunos de los síntomas que se presentan en esta afección son:
Búsqueda constante de información.
Incapacidad de tomar decisiones.
Dificultad para concentrarse.
Fallos en la memoria.
Ansiedad.
Ataques de pánico.
Pérdida de visión.
Problemas en el sistema digestivo.
- Incapacidad de leer un texto en forma pausada.
En resumen para saber gestionar toda esa información tenemos que analizar qué es lo que queremos saber, depurar la información que se nos ofrece y cuidar nuestra fuente.
Para tener más artillería en nuestra misión.
Artículo de Alfons Cornella en su blog.
Nuestra siempre amada Wikipedia
Blog papeles de inteligencia hablando del tema
Nota.- El día que realicé esta investigación el buscador de Google me arroja 83,700 resultados a mi solicitud de búsqueda de Infoxicación, creo que al terminar este artículo yo también quedé infoxicado.